LA TRILOGÍA DE «EL CRACK»

Madrid, años 80. Ciudad de luces y sombras en un tiempo de cambio constante. Transición, libertad, «movida», destape, drogas, delincuencia, adaptación… Una época compleja en una ciudad compleja, capital de un país aún más complejo.

En este breve artículo quiero recomendar una de las mejores sagas que ha dado el cine patrio.

EL AUTOR – JOSÉ LUIS GARCI

Un referente del cine español. Ganador del Oscar de la academia a mejor película de habla no inglesa en 1982 por «Volver a empezar». Director, guionista, productor y crítico de cine. Durante años maravilló a todos los amantes del séptimo arte con su programa «¡Qué grande es el cine!».

Bajo mi perspectiva, veo en Garci a un hombre honesto que dice lo que piensa y que he hecho el cine que a él le ha gustado hacer. Personalmente disfruto muchísimo con las vivencias que cuenta en sus entrevistas.

Un gran apasionado del boxeo, del fútbol, la música, el cine negro clásico y de su ciudad, Madrid, cosa que deja muy clara en sus obras.

ALFREDO LANDA – EL DETECTIVE ARETA

Alfredo Landa, precursor del denominado «Landísmo», uno de los mejores actores que ha tenido este país con papeles memorables como en «Los santos inocentes» es el detective Germán Areta, protagonista de esta trilogía.

El crack

Película de 1981, dirigida por José Luis Garci.

Germán Areta es un ex policía que se ha pasado a detective. En este caso recibe el encargo de buscar a la hija de un poderoso empresario, la cuál está en paradero desconocido. Sus investigaciones le llevan a descubrir que la muchacha escapó de casa tras quedarse embarazada. Es entonces cuando oscuros personajes aparecen en escena e intentarán presionar y coaccionar al detective para que abandone el caso. Aunque eso no le va a detener.

«Dame el mechero o te quemo los huevos»

Un Alfredo Landa desatado, interpretativamente hablando. Nunca se le había visto así y no solo sorprende. Ejerce de «tipo duro» sorprendiendo al espectador acostumbrado a verle en otro tipo de registros muy distintos. Estamos posiblemente en uno de sus tres mejores trabajos junto a «Los santos inocentes» (Mario Camus – 1984) y «El bosque animado» (José Luis Cuerda – 1987).

Chinchetas en los cueros, luces de colores (y ya paro con Mecano), drogas, macarras y Madrid, ese Madrid de los 80. Un hombre de los de antes enfrentándose como se hacía antes en un mundo nuevo.

El crack Dos

Película de 1983, dirigida por José Luis Garci.

En esta ocasión, Areta, recibe un caso de presunta infidelidad (ay los cuernos). Lo que aparentemente es el típico caso de celos se convierte en algo mucho más complejo y peligroso.

Siguiendo la estela del primer filme la película es, tal cuál, una segunda entrega que puede verse como una extensión de la primera pero con otro caso a investigar. Repite recursos como esas fantásticas panorámicas del luminoso Madrid en movimiento a ritmo de jazz. Todo un documento gráfico de la época.

Como sucedía en la primera parte, a Landa le acompañan grandes actores de la escena española de la época como podían ser el magnífico Arturo Fernández o su inseparable amigo «el moro», interpretado por Miguel Rellán, que repite papel.

El crack Cero

Película del año 2019, dirigida por José Luis Garci.

Precuela de los dos filmes anteriores con un Areta más joven en plena trascición.

Narciso Benavides, un sastre canalla y pendenciero, aparece muerto. La causa oficial, el suicidio. Unos meses más tarde, su joven amante, contacta con el detective Areta para que investigue lo que ella cree que es un asesinato y no lo que cuenta el atestado policial. La investigación le llevará a descubrir que, efectivamente, la versión oficial se equivoca, pero además le pondrá en peligro a él y a sus más allegados.

Aquí, Carlos Santos toma el testigo de Alfredo Landa en el papel del detective Areta y lo hace de una forma muy acertada. También volvemos a ver a «el moro», esta vez interpretado por Miguel Ángel Muñoz.

La película es muy valiente. De hecho, ya desde el inicio, deja muy claro que Garci no está para agradar a todo el mundo si no para hacer su película y mostrarnos a un Areta como el de antes.

Autentico cine noir en blanco y negro que nos recuerda a los grandes clásicos del género de los años 40. Un ritmo pausado y reflexivo pero que en ningún momento se hace pesado gracias a unos diálogos muy interesantes. Estos diálogos son los raíles que nos guían por la historia, con grandes referencias al contexto histórico en el que se encuentran los personajes, una España cambiante, y las grandes pasiones de su director (el jazz, el boxeo, el fútbol, etcétera).

Y con esto llega el parón por vacaciones… ¡HASTA LA VISTA!

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