UNAS HORAS CON CHRISTINA RICCI

Es innegable que Christina Ricci tiene un magnetismo especial, al menos eso es lo que yo creo cuando la veo actuar. Cuenta con un registro de personajes enorme; desde la niña rara o la mosquita muerta, a la mujer más explosiva y/o sesuda. Su larga trayectoria y la disparidad en sus papeles así lo corroboran.

Christina Ricci, obviamente

En este corto, MUY CORTO, artículo simplemente voy a recomendar dos películas en las que aparece esta actriz (Christina Ricci). Películas que, me consta, no son especialmente conocidas (al menos bajo mi experiencia y en relación a mi entorno) así que me gustaría compartirlas.

Tengo que reconocer que este artículo se me ocurrió después de ver un videoclip de los «NSYNC» y tras ver al polifacético Justin Timberlake bailando y cantando eso de «bye, bye, bye» (cosas de confinamiento). Aquello de que una cosa lleva a la otra y luego se sabrá porqué. Pero no me hacía poner «UNAS HORAS CON JUSTIN», así que busqué entre otras opciones. Voy con ellas.

PECKER (1998)

Dirigida por John Waters

John Waters es uno de esos genios del cine independiente que pasó de ser simplemente polémico a tener una ristra de fans incondicionales en todo el mundo sin dejar de ser un provocador. Un día debería dedicarle un artículo a toda su filmografía.

La historia trata sobre un chico llamado Pecker interpretado por Edward Furlong (el joven John Connor de Terminator 2) que quiere dedicarse a la fotografía. El muchacho vive rodeado de variopintos personajes entre ellos su familia o su novia Shelley (Ricci), que regenta una lavandería como una tirana. Pecker acabará por hacerse famoso cuando consigue exponer su obra en una galería. Esto conllevará situaciones hilarantes que le involucrarán a él y a todo su entorno (familia, amigos, vecinos) los cuales son en sí mismos los protagonistas de su obra.

La película nos muestra el choque cultural entre unos snoobs intelectuales neoyorquinos que quieren llevarse a Pecker a la gran manzana y los estrafalarios habitantes de Baltimore. Los primeros vendiendo la típica historia de chico paleto con talento al que ellos van a salvar y encumbrar al éxito y, los segundos, mostrando todo tipo de extrañezas como si vivieran en una especie de civilización aparte del resto de mundo.

John Waters, controlado en sus excesos pero no en sus formas. Una crítica al mundo del arte divertida y que deja un buen sabor de boca al verla. Y ya no explico más que la estropeo.

BLACK SNAKE MOAN (2006)

Dirigida por Craig Brewer

Esta curiosa película me gustó especialmente.

En un pequeño pueblo perdido de Tennessee, Ronnie interpretado por Justin Timberlake (y con esto cierro el círculo) es soldado de profesión y ha tenido que partir. Esta situación desboca totalmente a su novia, una joven llamada Rae (Ricci) muy dada a las drogas y al alcohol, además de ninfómana. Ella aparece moribunda tras una noche de «juerga» (que acaba muy mal) frente a la casa de un viejo músico de blues llamado Lazarus (Samuel L. Jackson). En un acto de paternalismo exagerado y una religiosidad al límite, Lazarus decide secuestrar a Rae para tratar de «curarla» y llevarla por el buen camino.

Poco a poco, ambos personajes irán mostrando sus diferencias pero también las miserias que los unen. Miserias interiores que son, al fin y al cabo, aquello que les ha llevado a tomar esas decisiones tan extremas. Una comedia (a ratos) dramática con un alto valor estético y bastante bien guionizada. Ambos actores (Ricci y L. Jackson) sacan mucho provecho de sus personajes. Y tampoco quiero explicar más.

«Ojo cuidao»

Leas esto cuando lo leas, no he querido esperar a un «miércoles» para sacar el artículo. A ver quién lo pilla…

En fin, lo dejamos aquí.

Si quieres ver más… A buscar la peli. ¡Hasta la vista!

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