¿Pero quién es el DIRECTOR FRUSTADO?

Breve escrito sobre la vida del creativo cinematográfico medio. Pero vamos a tomarnos esto con humor, ¿vale? Total… Nada de lo que aquí digo es verdad. Pero tampoco es mentira.

Son los críticos, los divulgadores, los profesores, los (añada lo que se le ocurra) bla, bla, bla de cine, ¿directores (o ponga el rol que desee) frustrados? Sin duda, este es un mito muy repetido a lo largo del tiempo. De hecho, el mismo Carlos Pumares (crítico cinematográfico español por excelencia) afirmó en una entrevista que «algo de eso hay», así que no vamos a contradecirle.

¿Qué piensa el español medio del cine patrio? Quiero creer que, además del manido debate sobre el gasto público en películas que ni interesan ni va a ver nadie, se tenga en cuenta el talento de muchos de nuestros profesionales. Que sí, que hay talento y mucho, aunque luego siempre salgan los mismos en todos lados (que tampoco es así).

Vamos a ver, hacer cine requiere de muchos factores y uno indispensable es el dinero. Si quieres ser competitivo y que tu trabajo sea tomado en serio necesitarás tener, a poder ser, una buena formación (dinero), seguramente te tendrás que hacer autónomo y deberás tener un gestor (bastante dinero), un equipo técnico a la altura (mucho dinero) y equipo humano que esté 100% comprometido con el proyecto (muchísimo dinero). Como pasa con ciertos deportes, más o menos elitistas (Tenis, Fórmula 1…), hacer cine no está al alcance de todo el mundo. Aunque, por supuesto, hay algunas excepciones y los avances tecnológicos han «democratizado» muchísimo este aspecto en los últimos años.

Pero hacer cine empieza como un sueño, la meta de una apasionada mente creativa con ganas de contar cosas. Y claro, contarlas con imagen, sonido, efectos, músicas y otros elementos. El aprendiz de cineasta quiere saber de todo. Devora películas, lee guiones, lee novelas, estudia la técnica, la repasa, compara a los maestros, aprende de otras disciplinas y, por último, prueba. Prueba con los medios a su alcance y una ilusión desbordada. Acepta cualquier ayuda. Acepta ayudar a cualquiera. Acepta trabajar gratis. Acepta que se aprovechen de su trabajo. Todo con la esperanza de sacar la cabeza de alguna manera.

El lugar idóneo, el momento oportuno. Y sí, el proyecto ideal (no siempre el que quiere el creador). La industria tiene su propio recorrido. Agenda, festivales, trabajo, productora y vuelta a empezar (agenda…), aunque no siempre tiene que ser en ese orden. Lo importante, lo relevante en este caso, es conocer a las personas adecuadas y, por supuesto, caerles en gracia (y si puede ser, que sepan ver el talento).

Trabajar, trabajar y trabajar ayuda a obtener visibilidad. Trabajar con otros le permite afianzar confianzas, compartir visiones y proyectos. Salir adelante en este mundo necesariamente requiere de contactos para prácticamente todo.

Las aptitudes sociales, como en todos los segmentos de la vida, también son muy relevantes. Así que hay que llamar a puertas constantemente (repito, constantemente) y que la gente sepa de ti. Siguiente paso cuando se carece de dicho talento (aunque no tiene porque ser así, saltarse pasos también cuenta).

Y es que existen muchos factores desmoralizantes. El trato que muchas veces se le da al trabajo ajeno. ¿Qué artista no se ha sentido alguna vez rechazado? Y ya las comparaciones…

Tú:

¿Por qué le escogen a él y no a mí? ¿Por qué gana ese «matao»? ¡Es muchísimo peor que yo! Jolines…

– ¡Chachi! Otro curro grabando partidas de bloques de cemento de la constructora…

Otros:

– Oye, esto es un poco caro… Por hacer unos vídeos, eso lo puede hacer mi sobrino.

– Bájame el precio, hombre. Al fin y al cabo a ti te gusta estar grabando con la camarita.

jejeje…

Y cómo no… El nepotismo.

Alguien:

– ¡Los premios siempre se los dan entre los mismos! Cabrones. Es repugnante.

La limpieza de sable, el saber lamer bien un ojete, ser la pelota que más bota, son prácticas de las que no se libra ningún sector y difícilmente, exceptuando el deporte de alta competición (por algo obvio), vaya a ser algo que no esté presente aquí.

A no ser que ya seas una cara muuuy conocida, en ese caso ya contactarán directamente, el juego de la persuasión es muy importante.

Recuerdo cuando la antigua dirección de un festival internacional que cobra casi 30€ por ver (supongo que los ven todos) si tu trabajo es «digno» de proyectarse o no, decidió llevar a un youtuber para que hiciera una especie de broma de mal gusto a sus seguidores para luego estrenar un documental sobre ese mismo youtuber . Personaje que, por cierto, no tiene absolutamente nada que ver con dicho festival y bla, bla, bla…

– ¡INDIGNANTE!

Otro bien sabido es el de politizar la industria. Una de las mejores formas de ahuyentar «intrusos» pero también una de las que más rechazo genera en la población (que es quien luego consume esas obras).

Eso siempre que no haya una pandemia de por medio.

Pero a ver, a ver… Deja de llorar. Tampoco te fichó el Madrid después de aquellas pruebas. Igual eras más malo que pasar una infancia en Chechenia en los 90. Con la salvedad que uno no puede fichar por el Madrid con 35 años.

Pero, ¡Puedes (debes) seguir intentando crear!

Un amigo:

– ¡Mira! Acaba de salir un programa de Inteligencia Artificial que hace…

Todos:

-¡Qué te jodan!

¿SOLUCIÓN?

Amar el cine debe estar por encima de las propias reglas de la industria. Uno que se haya formado tiene en su mano seguir intentándolo y si al final las fuerzas flaquean… Pues hay otras opciones. Así pues, nada malo tiene estar entre aquellos cineastas que no hacen cine (literalmente) pero sí algo relacionado con el cine. Ahora bien, ¿era ese su objetivo? Pues, seguramente, no. ¡O sí! ¿Yo qué sé?

Críticos, profesores, escritores, blogueros, influencers, youtubers

Cómo pasaba en el «Chapulín colorado»; ni son todos los que están, ni están todos los que son.

Pero así suele ser. O no.

Mientras no focalices tu frustración como cierto pintor austriaco…

PD: No estoy hablando de mí pero, ¿y de ti?

Reflexión (o vómito) con nocturnidad y alevosía sobre el creador audiovisual y su sueño adolescente de ser el nuevo Spielberg. Spoiler: Acaba...
«Con 8 cojones» 😂 ¡Hasta la vista!
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